viernes, mayo 20

Me Gustan Los Imposibles, Súperhistoria #26

0ab64b591abf8e4f84495ddfa012e76022bdc196_m

Los abrazos que me prometiste los tengo guardados en un rincón de mi habitación, para cuando quiero volver a pensar en los momentos que yo alguna vez imaginé, pero mi piel se quema y tú nunca la tocaste, pero mi piel se consume y tú nunca la sentiste… Yo nunca te sentí, no te toqué, y morí todas las noches, imaginando estar junto a ti, imaginando tenerte a mi lado, imaginando ser un sólo cuerpo, y que día tras día me negarás, y nos negarás lo que en sueños nos dedicamos a formalizar.

Los besos que me pediste y que nunca tuve el valor de darte, esos los tengo conmigo, esperando que un día vuelvas como cosa tuya, y los quieras de nuevo, y los mantengas contigo… Porque fui un cobarde, y dejé que tus palabras fueran más importantes que mis sentimientos, dejé que tu orgullo pasará por encima de lo que siempre quise decirte, pero que nunca sentí oportuno.

Pero ya no quiero más momentos angustiantes, donde sólo me dan ganas de hundirme en mi cama, y que me trague y desaparecer, porque no sé me ocurre que decirte, callarte para siempre, no escucharte decir que calmarás mis miedos, acunaras mis sueños, y permanecerás conmigo para vigilarme mientras duermo, pero te has encargado de ser el tic-tic-tic-tic-tic que perfora mi cerebro y no me deja concentrarme.

Quiero al menos de ti, un día que me haga feliz, una oportunidad para hacer todo diferente, un abrazo que me haga sentir seguro por lo menos una vez, y un beso que te demuestre que lo que nunca fue, tal vez era lo mejor, pero así constatamos que somos personas diferentes y lo que yo me maté día a día imaginando era simplemente un imposible.

jueves, mayo 5

Ya No Estás Tú, Súperhistoria #25

b826320021d43815cef342a463e6cd1deb949198_m (1)
Ese día busqué esa imagen de ti que nunca pudiste reproducir, busqué también esas palabras que alguna vez escribí pero que nadie leyó, busqué los miedos que escondí bajo mi cama en un baúl de madera, busqué tus sonrisas esas que nunca fueron conmigo, sonrisas ajenas pero que robe y guarde en un sobre manila detrás de mi biblioteca, entre Paula el libro de Isabel Allende y el Inventario Uno de Mario Benedetti.

Busqué las pocas palabras que cruzamos un día de enero que ya no recuerdo bien, intenté buscar el lapiz que un día por amabilidad me prestaste pero que nunca intenté regresar, no busqué la última vez que te vi, tampoco busqué el odio que sentí el día que decidí que ya no te quería más, pero si busqué los besos que imagine darte un día que cerraste los ojos pero nada pasó, y los abrazos que en sueños me diste, lo cerca que te tuve una vez y el día que pensé que comprendías lo que sentía por ti.

Y sé que te gustaba mirarme cuando yo no te miraba, y en mi descuido me quisiste, en tu locura te amé… Te tuve en la punta de mi lengua, y periódicamente recuerdo tu nombre como extraña costumbre, con ganas de buscar recuerdos vagos de los segundos que nos cruzamos sin saber que te pensaría tanto después.

Ese día tuve ganas de pensarte más que nunca, de entender el por qué te tuve y no te tengo, el por qué de mi ausente vida y la tortura de una realidad que no suena a real en absoluto porque no estás tú, ya no estás tú.