lunes, junio 18

No me gustan los términos medios, Súperhistoria #34

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Uno se despide de los años como se despide de los amigos que quiso mucho o que no quiso tanto pero que sabes que se van y no los volverás a ver más, que sabes que te abraza y llora y lloras y lloran juntos porque las despedidas son difíciles, sin embargo entiendes que hay historias que se escriben con “adioses” y no con “hasta luego” pero esta no es una de esas historias.

Comienzas un nuevo año al igual que cuando conoces a alguien nuevo, con expectativas, con sueños, esperanzas con ganas de hacer cosas que jamás has hecho, te dices: “este es mi año”, “está vez si será mi año” y empiezas a plantearte nuevas filosofías de vida, te dices por primera vez en tu vida: No quiero términos medios, no quiero nada a medias, ya no quiero tonos grises, conmigo que sean blancos o negros.

Y todos los días haces una lista mental de lo que ya no quieres en tu vida y se agranda y se hace cada vez más pesada y más densa porque por fin sabes qué quieres, cómo lo quieres y cuándo lo quieres…

-“No quiero medio dormir”.


-“No quiero medio comer”.


-“No quiero amistades a medias”.


-“No me gustan los besos medio dados”.


-“Ni quiero tener solo la mitad de tu corazón”.


-“No me gustan las caricias que no logran ser caricias”.


-“No me gustan los intentos de ti”.


-“No quiero medio llegar a ti”.


-“No entiendo las cosas hechas a la mitad”.


-“No me gustan las personas que se medio bañan o medio bañarme”.


-“No me gusta lo tibio cuando quiero contigo los extremos o es frio o es caliente”.


-“No se puede estornudar a medias, por lo que tampoco se puede vivir a medias”.


-“No quiero medio alcanzar mis metas, ni medio soñar por las noches”.


-“No quiero tenerte algunas veces”.

Porque solo quiero ser el lado B de tu vida sino existe lado A, quiero ser yo el único lado…” fue así como poco a poco te exigiste el TODO o nada, pero la nada no es opción, comenzaste a desestimar los matices de la vida porque o es blanco o es negro, o te quiero o no te quiero, o te tengo o no te tengo, nada de condiciones o términos medios, nada de quererte mucho estando lejos y desearte más estando cerca pero no poder tenernos –por miedo, ironías de la vida o simple pereza de luchar por lo que se quiere realmente–.


-“No quiero historias incompletas”.


-“No quiero puertas ‘medio’ abiertas o cerradas –no existen– o están abiertas o están cerradas, no ambas”.


-“No quiero vasos medio vacíos”.


-“Tampoco vasos medio llenos”.


-“No quiero comida a medio terminar en los platos de mi hogar”.


-“No quiero tenerte cerca y sentirte lejos”.


-“No quiero tenerte lejos y sentirte cerca”.


-“Te quiero cerca o lejos”.


-“No me gustan tus sonrisas a medias”.


-“No me gusta saber que me miras pero no me escuchas”.


-“No quiero que me escuches sin que me mires”.

Y te volviste loco escribiendo y escribiendo cosas que ya no querías en tu vida, te hacía sentir mejor escribir porque sentías que así jamás volverían a suceder, que podrías visualizaras y eliminarlas. Poco a poco fuiste construyendo una montaña de sensaciones que solo te llenaban a medias.

Así que sin más un día agarraste tu lista y la colocaste en un sobre, le escribiste una dirección y un nombre, y la enviaste con una hoja extra que decía lo siguiente:

Te quiero así, en estos términos pero no te presiono, de hecho no me importa que no comprendas lo que aquí escribo, no te pido que entiendas, no necesito que lo hagas, te aprendí a querer diferente, a necesitarte completamente, a querer TODO y nada, aprendí que no puedo pasarme la vida medio necesitándote, medio esperando algo de ti, medio no esperando nada, aprendí que si quiero sentirme diferente esto que hacemos o no hacemos o medio hacemos, debo hacerlo diferente, porque te quiero y no es a medias, te quiero con cada letra y cada sonido que componen la frase, te quiero con mis ganas y mi cuerpo y mi vida y lo que siento y no siento también, te quiero de maneras inimaginables y formas que aún no se inventan, te quiero y no es a medias… Y mis besos, esos últimos fui yo siendo yo, lanzándome al vacío esperando de ti más que un saludo a medias, y no me importó que no supieras apreciar la diferencia entre tenerme a medias que es lo mismo que no tenerme a tenerme, pero yo si aprendí que esta vida que tengo, es la única que tengo y es la única que necesito para ser y sentir, porque yo no quiero ir por la vida viviendo a medias

1 comentario:

Juan Ricardo Baro Jabardo dijo...

Exelente men! att:Juan Baró
me recuerda a una historia con una ex :/ es exactamente igual, decidi no tener nada por que todo era a medias.