lunes, abril 5

El Prozac que... Súperhistoria #8


El placebo de su vida, no era solamente el prozac que tomaba para su depresión, ni las tantas otras pastillas como el serotax que se tragaba para su timidez, su anormalidad, sus trastornos obsesivo-compulsivos y todas las cosas que los doctores alguna vez le diagnosticaron. El placebo de su vida era su imaginación, lo que soñaba luego de soñar. Lo que pensaba luego de pensar. No reía, no por falta de felicidad... No lo hacía, porque no sentía que debía hacerlo, reía para sí, para el prozac y el serotax que tomaba al despertar y al dormir, para las millones de cosas que despertaban junto a él, y para las tantas otras a las que aun no llegaba a ver.

Su déficit de atención no fue suficiente para no saber quién era o qué quería, lo sabía perfectamente, como sabía el color, y la forma de cada pastilla y la hora que debía tomarla y porque razón debía hacerlo... Nunca cuestiono eso, tampoco quería hacerlo, simplemente fue una acción axiomática, así es... por ende sin reproches. Su narcolepsia siempre le fue familiar, así se quería él, pues así mismo había sido siempre, ya no era el momento para cuestionar el por qué él, o por qué así.

El nunca puso fin a su vida, pues eso significaría ser cobarde, cosa que nunca fue, no él, jamás él. Todo lo contrario, supo mantenerse en el tiempo, lo supo y pudo... Sus palabras fueron más poderosas que cualquier otra cosa, y llegaron a mucha más gente de la que uno podría imaginarse, y cambiaron a muchas más personas de las que él mismo nunca imagino. Sin embargo supo guardar su euforia, sólo era un simple ser humano, con millones de problemas los cuáles el mismo grito a los mil vientos. Su prozac hizo feliz a más de uno, que noche a noche soñaban con poder verle alguna vez... Pero simplemente un día dejo de estar, y todos los que soñaban con él, lo único que pudieron hacer fue seguir soñando...

No hay comentarios: