martes, abril 13

Tardes/Noches, Paranoicas #2


Todo es más divertido cuando llueve, cuándo gris está el cielo... Soy de los que prefieren gastar su tiempo en eso, en mirar por la ventana, tampoco suelo ser muy comunicativo, por lo menos no hablo de lo que realmente siento o quiero, puedo hablar, y hablar, pero siempre serán cosas tan superfluas, tan de lo común, que quizás no quieras hablar conmigo, tampoco espero que lo hagas, yo tampoco lo haré. No hoy, ni ayer, ni mañana, ni los días anteriores o después del momento en que te preguntes ¿Qué fue de él?, tendrás que preguntarte también “¿Qué fue de mí?”.

No lo haré.

Vino Christine, vino Javier, vino Ricardo, y María Mercedes también, vino el que no tenía que venir, y la que si tenía que venir no vino, vino el tiempo, el espacio, y la dimensión que se acumula en un sólo punto... Así fueron 10 dimensiones, que contienen todo, tus manías, las mías, los atardeceres lluviosos que tanto me gustan, y los días soleados que no me gustan, mi cabello largo y el corto, lo que quiero y lo que no quiero también, las noches, tú vida, mi triste ausencia, entonces se hizo de noche...

Luego dejaron de venir, se fue Javier, Christine, Ricardo y María Mercedes, se fueron... No hubo momentos, no hubo. Simples y largas notas de una guitarra, acompañadas por versos de un chico con acento inglés, de rayos y llanto, de más atardeceres, de casas y circos. Tarde y noche, es cuándo mi humor se desvirtúa, se desvanece cada partícula, cada sensación, se atenúa cada sentimiento, cada respiración. Cuerdas, átame a las cuerdas, no quiero que me llame mi propia reflexión, y me lleve a portarme bien. ¿Bien?, ¿Mal?... Tarde, no hay grietas, no las hay, noche. Pero, ¿Qué está bien?, quizás no yo, ni tú, ya es muy tarde.

Se acabo el tiempo...

No hay comentarios: