sábado, abril 10

Sábados Como Domingos, Súperhistoria #11


Son las 3pm, y la mayoría de los fines de semana se me hacen exageradamente aburridas, es como si desde las 12pm comenzará un gran día domingo para mi, de esos en los que no hay mucho que hacer, que a veces hace calor, y estoy todo el día en pijama, de calaveras a veces, otras veces simplemente de rayas, o círculos, recuerdo que cuando estaba pequeño tenía una de aviones y otra de camiones de bomberos, son las 3:30pm de un sábado que tiene más pinta de domingo que los mismos lunes que tienen pinta de lunes, estoy viendo en la televisión, una película que termina pareciéndose mucho a mi vida, como tajadas, con queso y crema nata, tratando de engañar a mi cuerpo con un almuerzo que deja mucho que desear.

Entonces me doy cuenta que sin poder evitarlo estoy metido en una triste e inmensa casa, que cada día se hace más grande, y la gente camina por sus pasillos, entra en los cuartos, se escucha el ruido, niños llorando, a veces riendo, mucha gente, te sientes asqueado de lo injusto que estás siendo con todos... Comienzo a ver mi propio reflejo en los cuadros de la casa, y me pierdo entre tantas pinturas, e historias, esperando que suceda, cosas que no suceden, a donde se va el tiempo, o las historias que jamás conté, los pecados de la insana justicia, y la libertad de espíritus extremadamente libres.

No fue que de repente decidiera atraparte, y mantenerte aquí eternamente, esas cosas no se planean, no se deciden, simplemente ocurren, y ocurrió, entonces tú, yo, ellos, los que no conocemos comienzan a jugar también, y los fantasmas de personas que no existen habitan tú vida, escribiéndote poemas en la arena de la playa que luego el mar se llevará, y yo, sigo pensando que mis poemas dichos de boca a boca son mejores, pero claro es cuestión de perspectivas, no puedo decir que te equivocas, no puedo decir que yo tengo razón, razón que quiero tener.

Otro sábado que no se siente sábado, y el tiempo no pasa, y las tajadas no se acaban, y entonces en la película aparezco yo, representando lo que sería una versión cinematográfica de los minutos y horas de mi propia existencia. No es suficiente saber que las cosas terminan consumiéndose sobre sí mismas para saber que no eres más que una épica esfinge, entonces este domingo se acaba para dar comienzo a otro, peor.

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