lunes, abril 19

Mi Desahogo, Paranoicas #3


Generalmente él se hacía el interesante, sólo y únicamente para decir aquí estoy, existo. Era cuestión de hacerse notar, de ser de aquí o de allá, en realidad no importaba el lugar, la cuestión realmente y poderosamente importante era “Procurarse un lugar”, ser alguien. Tener esto o aquello, o llevar estratégicamente la contraria para tener en sus manos a los otros.

Es ridículo lo sé, ni yo sé porque escribo sobre esto, a lo mejor por lo asombrosamente diferente a mí, a lo mejor por lo poderosamente distinto… No fue un buen comienzo en realidad, y en este momento pienso en “Siempre habrán cosas que decir, siempre”, y lo que pueda parecer importante sería si decirlo o no decirlo… Hoy no tengo ganas de comenzar mi confesión, ni mucho menos proseguir con otro millón de “Porque siempre me llamaste la atención”, no tengo ganas de soltar los “Perdóname” que muchas veces sentí y que jamás dije, porque como ya he dicho, hay cosas las cuales es mejor guardárselas. Pero no te preocupes eso no involucra directamente a mi entorno.

Uno se preocupa tanto por tantas cosas, que comienza a olvidar lo trascendental, aunque cuando uno dice importante hay personas que podrán diferir de uno con respecto a sus prioridades, y bueno no soy una persona que le importe mucho si los demás “aceptan” o “aprueban” mis prioridades, o si les dan el visto bueno, no me interesan.

Y es que no soy una persona que se moleste fácilmente y sé ocultar con clara facilidad lo que siento por otras personas, siempre habrán señales pero lo más obvio nunca es lo más exacto. Vivo de detalles, que transforman mi vida en lo que es, y precisamente eso es lo que soy, el resto sobra, sobran palabras, situaciones y personas. No suelo aferrarme al tiempo, pero no siempre; no suelo aferrarme a recuerdos, pero no siempre; quizás hay días que lo necesito, de resto sólo hago silencio, pues no suelo tampoco referirme a mí, si puedo optar por referirme a ti.

Hoy no tengo un millón de razones pero tampoco las necesito, no hay excusas, ni motivos. Procúrame un tiempo y no te preocupes porque no vas a desperdiciarlo, ahora… Para mi debo procurarme las palabras adecuadas, para ver si por fin puedo procurar enviar las señales adecuadas, y es que finalmente todo esto es: un te doy, tú me das… Lo más difícil sería dar el primer paso, y todo dependerá de la persona que procure dar la primera señal concreta.

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